Es un pueblo, 
No es un gran pueblo, 
Ni un pueblo todo chiquito. 
Es un pueblo como todos los pueblos. 
Como acá. Como allá. 
Como aquí. Como allí.Sin buenos ni malos; 
Con gente como toda la gente. 
Como tu. Como el. Como ella también.
Es un día. 
No un día de fiesta, 
ni un día de guerra, 
ni un día de huelga. 
Es un día como todos los días. 
Como ayer. Como antier. Y como hoy también. 
Pero en este día que de especial no tiene nada 
va a suceder lo que uno no imaginaba. 
En el parque central, debajo de la gran Ceiba, 
un extraño extranjero ha dispuesto 
una olla en un fogón de leña; 
y grita :”Sopa de piedras!” 
La gente, callada desconfiada miedosa, 
escucha encerrada en su casa, 
el tremendo grito que les llama: 
“Sopa de Piedras” 
Tiemblan los techos y tiemblan las puertas, 
tiemblan paredes y ventanas, 
dientes ojos pelos y orejas. 
Silencio en el pueblo. 
Sol arriba y oscuridad adentro. 
“Espera espera que se vaya 
el extraño extranjero.” 
Pero en este día que de especial no tenía nada 
sucede algo que uno no se espera. 
Una abuela atrevida llamada Teresa 
quien buscaba justamente una receta 
para los días de sequía; 
abre grande su puerta, camina hasta la Ceiba, 
prueba la sopa, hace una mueca, 
y pregunta: 
“Le puso Sal en el agua?” 
Y sin esperar la respuesta, 
escandalizada de tan baja gastronomía, 
busca su poco de sal en la casa 
y vuelve para agregarla 
con su saber de cocinera. 
Y a los dos de gritar: “Sopa de Piedras!” 
“Pero que le pasa a la abuela Teresa?” 
Se pregunta la vecina María… 
Y con escándalo y con escoba en mano, 
sale a enseñarle a volar al extranjero. 
Se acerca a lo lejos, escoba en lo alto, 
se acerca, sin un solo titubeo. 
La olla ya está acá, la escoba caerá! 
Mmmmm pero… 
Pero si no hay papa en la sopa!!! 
Corre María hacia su casa 
a buscar una bolsa de papa, 
y una a una en la sopa las tira 
con su delicadez famosa. 
Y a los tres de gritar: Sopa de Piedras!  | 
“Por una vez que hay algo en el pueblo” 
solo en su casa piensa el joven Pablo 
a quien tanto le han dicho de bajar el sonido. 
Y sale buscando la bulla que hace la sopa.“Una sopa vegetariana?! Están locos, no? 
Yo de eso no como o me vuelvo un palo” 
Y olvidando la bulla se va a buscar un pollo, 
el mas rollizo y criollo que encuentra en su patio. 
Y lo echa a la sopa con una gran sonrisa.
Y a los cuatro de gritar: Sopa de Piedras! 
Argemiro llega corriendo, 
no entiende por qué tanto alboroto, 
desde cuando eso de comer fuera de la casa? 
Pero tan pronto como llega a la olla, 
se va corriendo a buscar zanahorias…. 
él no soporta las sopas descoloridas!!! 
Y a los cinco de gritar: Sopa de Piedras! 
El Amigazo justo vuelve de la pesca, 
no encontró nada sino un pie de yuca, 
y como siempre le ha dicho su mamá 
que no hay sopa sin yuca, 
Echa el Amigazo la yuca en la sopa 
con el recuerdo de su mamá. 
Y a los seis de gritar: Sopa de Piedras! 
Y de Jaime a Rosa, 
de Simón a Aminta, 
de Becha a Francisco, 
poco a poco, 
todos llegan a la sopa, 
y le echan una cosa: 
Tomate amor ahuyama 
canción maíz y palabra 
garbanzo rabia o lenteja 
alegría frijol y pregunta 
La sopa cocina cocina cocina… 
Es un caldo todo mezclado, 
un alegre san cocho 
que vigila todo el vecindario 
vuelto en un común cocinero. 
Y la hora de comer llegando, 
hay una cuchara para cada uno 
y para todos un gran apetito. 
Hambre de lobo hambre de pueblo 
hambre de caldo colectivo 
de inventarse el cotidiano 
Hambre hombre! hambre de vida 
hambre de cocinar la utopía 
de revolución y de salsa. 
Barriga contenta y corazón lleno, 
sonriente de un bello orgullo 
uno se queda hasta tarde 
para soñar junto a la noche. 
A la mañanita, 
la olla esta vacía, 
queda solo una piedra. 
El extranjero la agarra, 
la monta en su espalda 
y yendo a lo lejos grita: 
“Ya conocen la receta!”  |